CURADURÍA COMO EDUCACIÓN
a propósito de un texto de Irit Rogoff
“Cada vez más, pienso que la “educación” y el “giro educacional” puede que sean sólo eso: el momento en el que asistimos a la producción y la articulación de verdades – la verdad no como correcta, probable, como un hecho, sino la verdad como aquella que recoge de su alrededor subjetividades que no son ni recogidas ni reflejadas por otras afirmaciones. Decir verdades relativas a los debates importantes, a los temas y a las grandes instituciones de nuestro tiempo es relativamente sencillo, ya que éstas dictan los términos bajo los cuales se llega a esas verdades y se articulan. Decir verdades en los espacios marginales y apenas formados en los que se juntan los curiosos – esto es otro proyecto totalmente distinto: la relación personal de cada uno con la verdad.” (1)
A esta conclusión llega la disertación de Irit Rogoff en su publicación The Turn. Donde se propone un giro en la concepción del papel del museo y del trabajo curatorial. Todo esto basado en relación a la generación de conocimiento que se produce mediante los lenguajes que utiliza una exhibición.
Repasando las exhibiciones en la historia podemos analizar cómo cada exhibición actúa como una vía de comunicación en la que los mensajes sean explícitos o sutiles, intencionados o no, siempre existen.
Así como los libros sirven de herramienta de educación, la imagen visual es otra potente herramienta que en el siglo XXI utilizamos cotidianamente y sin una previa instrucción. De niños nos enseñan a leer la palabra escrita mas no los mensajes que aparecen en diversos medios de uso cotidiano. Las marquesinas en las calles, los móviles, la televisión, el ordenador, son algunos de los artefactos que tenemos a mano diariamente y que exponen mensajes visuales a los que accedemos como analfabetos en los libros.
Los programas escolares diseñados por los gobiernos mantienen unas estructuras de base ancladas en un esquema productivo en serie. Las escuelas son prácticamente “fábricas de Ford”, donde el producto que se pretende es un ser humano estandarizado con conocimientos compartimentados logrados en “líneas de producción”. Mediante estos esquemas y
planteamientos productivos, las aulas son optimizadas a su máxima capacidad, los insumos se pretenden estandarizados -niños iguales- y los cursos se seleccionan y jerarquizan de acuerdo a una proyección futura de generación de riqueza. Los alumnos se convierten así en productos que salen al mercado para la producción de más riqueza que alimente al sistema. Bajo este esquema las humanidades y las artes estarían estorbando ya que permitirían un pensamiento crítico e individual en cada persona.
El desarrollo de estas capacidades -análisis, exploración, crítica, duda y curiosidad- queda relegado frente a un método de trasvase de conocimientos, los que el libro y el maestro pueden dar al niño; y “fotocopia” de habilidades, los niños con habilidades diferentes o incluso curiosidades que van más allá de lo que dice el programa se consideran un estorbo para el desarrollo de la clase.
(1) Rogoff Irit, Curating and the Educational Turn. The Turn.
Frente a este análisis se puede proponer que la educación no es un vestido que se fabrica bajo el molde de un ministerio de educación, una institución, un director de estudios o un profesor de aula. La educación es producida por cada uno. Produce realidades y aunque pasan por lo general desapercibidas, son inmensamente creativas.
Hemos entendido la educación como un conjunto de conocimientos que, mediante un plan, el maestro debía trasladar desde una postura de sabio a todos sus estudiantes por igual, y evaluando así a todos sin distinción y con la misma medida. Todo este conocimiento llega en el aula a estudiantes que son claramente diferentes entre sí y con intereses y habilidades muy distintas.
La propuesta para actualizar el sistema educativo es la de guiar, desde la ignorancia, a los alumnos por el camino de la indagación conjunta y constructiva de nuevas preguntas y respuestas en una búsqueda común del conocimiento. De esta manera cada uno desde sus diferencias construye su camino hacia el aprendizaje y generación de conocimiento.
Para la práctica de esta propuesta se ve que el vínculo entre arte y educación es muy apropiado.
Bajo esta premisa Irit Rogoff propone lo siguiente:
- Modelo de lectura, interpretativo que puede ser leído a través de prácticas culturales.
- Leer un sistema pedagógico a través de otro sistema, uno de exhibición y manifestación, para que ambos se aproximen de manera que puedan abrirse a nuevas formas de ser.
- Movimiento activo que deja atrás la práctica que fue su punto de partida. (2)
(2) Rogoff Irit, Curating and the Educational Turn. The Turn.
Básicamente se apuesta por un modelo rizomático en el que las jerarquías no existen, el maestro se convierte en un guía dejando su papel de líder autoritario. El conocimiento no se generaría de manera lineal -vertical-, tendría esquema de red. Sería como la construcción de un mapa, abierto, alterable y colectivo. Y la producción de conocimiento no sería una reproducción irreflexiva, se intenta que el pensamiento sea fruto de ideas cuestionadas. Un sistema rizomático considera la ruptura y donde la red se rompe, continúa de otra manera, se genera una producción abierta.
La educación cuando parte del estudiante mas que cuando se transmite de una manera rígida e impuesta, parametrada y restringida, se convierte en productora de lo extraño e inesperado -curiosidades-, dando paso a ideas y posibilidades creativas.
Esta visión de la educación genera un sentido de comunidad igualitaria reunida en torno a una idea, a la búsqueda de la resolución de un problema desde una postura de ignorancia colectiva. Como dice Irit Rogoff “la educación forma colectivos -muchos colectivos fugaces que vienen y van, convergen y se separan. Se trata de pequeñas comunidades ontológicas propulsadas por el deseo y la curiosidad, fortalecidas por un tipo de empoderamiento que nace del desafío intelectual.” (3)
Un museo tiene como finalidades preservar, conservar y activar, tiene la posibilidad de ser generador de nuevas ideas. Irit Rogoff propone el papel del museo de esta manera: “nuestra idea de museo era la de lugar para la posibilidad, para la potencialidad.” (4) “Yo puedo” ligado a un “yo no puedo” esta dualidad se presenta en el ser humano ante lo desconocido. Y es aquí donde el objeto de arte, donde el mensaje curatorial comienza a trabajar.
Mediante la mediación educativa se busca que el individuo pase de ser espectador a ser actor, artista, creador. Creador de su propia vida y de sus propias ideas. Pasar de la posición de quien observa a la posición de quien hace, a comenzar a aplicar el concepto de creatividad. Cualquier persona puede desarrollar su creatividad y el arte es capaz despertar esa creatividad en cada uno.
Bajo este concepto el curador se convierte en gatillador o despertador de cerebros. La exhibición pasa a ser la motivación para el desarrollo de ideas y curiosidades.
(3) Rogoff Irit, Curating and the Educational Turn. The Turn.
(4) Rogoff Irit, Curating and the Educational Turn. The Turn.
Irit Rogoff plantea ofrecer un punto de acceso sencillo a ideas complejas frente al planteamiento de accesibilidad entendido como un cúmulo de exigencias impuestas, tanto en cultura como en educación, para que sean accesibles.
Entender la educación como continuos desafíos, donde aprendemos de ellos y los planteamos sin intención de debilitar ni superar. Es posible generar pensamientos diferentes para una misma idea sin que las nuevas ideas consuman la original. No es cuestión de generar oposición con nuevas alternativas, sino de generar energías que nos lleven a imaginar y producir nuevo conocimiento.
Un museo tiene toda la potencialidad para ofrecer este concepto si se tiene claro que una exhibición no es lo mismo que una exposición. Una exhibición introduce, la exposición induce. La curaduría que educa es la que propone actividades y principios que son posibles de llevar con uno mismo para ser aplicados fuera del museo y ser aplicados a la vida. Es la que despierta potencialidades y actuaciones. Y se entiende por potencialidad ese impulso y voluntad para la creatividad frente a cualquier problema que se plantea, una potencialidad que no depende de habilidades.
La diferencia entre lo que uno necesita saber y lo que uno aspira a saber es la motivación interna. En el caso de la aspiración por el saber, es el placer que se genera cuando uno, por su propio impulso -motivado muchas veces por la curiosidad- se mueve hacia lo que su inteligencia le pide y una vez que lo obtiene, sobreviene una satisfacción placentera. Cuando uno necesita saber, la necesidad es casi impuesta, la obtención de ese conocimiento genera un esfuerzo que no sale de la propia curiosidad, que no es una motivación propia sino algo impuesto.
“La explicación de la verdadera obra de arte, por lo tanto, no está en una traducción literal, sino en el ofrecimiento de pautas que permitan re orientar las antenas para una comunicación más certera, para que se pueda ver lo imprevisible e inexplicable”.(5)
El papel del curador como educador es el de convertir el espacio de exhibición en un espacio de reunión donde se acceda al conocimiento, se generen y articulen preguntas y se creen conexiones. Ese es el “giro” -a nuestro modo de entender- al que se refiere Rogoff.
El lenguaje visual genera discursos y el arte contemporáneo se ha convertido en una de las mejores herramientas para generar esos discursos. Todos esos mensajes dependen del manejo de la atención de quien mira, captar su atención es la primera acción importante en el discurso. Luego, es el espectador quien elige. Así elección y atención determinan la experiencia de la realidad que se vive, y esa es la principal fuente de conocimiento.
Cualquier cosa que se haga puede generar conocimiento, conocimiento para conocer o para transformar lo que se conoce, o ambas. Generar cuestionamientos como herramienta de búsqueda y las respuestas a estos cuestionamientos pueden generar hechos o acciones -datos, imágenes, sonidos, textos, objetos - que tienen la potencialidad de cambiar la propia realidad. Esa realidad que es movida por el tiempo y la comunidad. Al valorar estos hechos y acciones que se transforman en realidad se generan mapas que a su vez van generando otras ideas, más hechos y más acciones, recorridos para seguir investigando, para reflexionar, para ver lo visible y lo invisible. El mapa se convierte así en la herramienta para enfrentarnos cono lo desconocido, para planificar acciones.
Como dice Rogoff, “un giro no es un bucle”, no es el objeto el que se mueve, somos nosotros los que nos movemos, el giro requiere de un impulso para girar. Y ese primer impulso- a nuestro entender- puede ser generado por la exhibición, por el mensaje que el curador mediante el manejo de la obra de arte quiera proponer.
La “academia” crea un modelo” para ser en el mundo una “fórmula de decepción”, mientras que el espacio de exhibición es capaz de adoptar un papel complementario para que ese “giro” que propone Irit Rogoff pueda convertirse en el movimiento que requiere la educación del ser humano en la sociedad contemporánea.
BIBLIOGRAFÍA
Rogoff, Irit. 2008. “Turning”. e-flux. Acceso el 10 de junio de 2020. https://www.e- flux.com/journal/00/68470/turning/
Herzog, Hans. Arte Latinoamericano: Un serial. (Octubre 12, 2019)
Rancière, J. (2003). El maestro ignorante. Barcelona: Editorial Laertes.
Camnitzer, L. (17 de July de 2020). HACER DEL ARTE UNA FORMA DE CONOCIMIENTO UNIVERSAL. UNA CARTA DE LUIS CAMNITZER. Artishock. Revista de Arte Contemporáneo.
Acaso, María. Megías, Clara. Art Thinking. Cómo el arte puede transformar la educación. Paidós Educación. 1ª Edición, septiembre 2017.
CA2M. No sabíamos lo que hacíamos. (2016) Libro digital. www.ca2m.org
Centro de Arte 2 de Mayo. Oficina de Cultura y Turismo.Dirección General de Prmoción Cultural. Comunidad de Madrid.
Deleuze, G., & Guattari, F. (2004). Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-Textos.
Camnitzer, Luis. ¿Qué y para quién es la educación artística? (Septiembre 2, 2014)
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