DESDE LA TERNURA

UN POEMA HECHO CON DANZA






El coreógrafo Daniel Abreu ha sido el genio que, mediante su conocida creatividad artística, transformó mágicamente los espacios del Museo Universidad de Navarra, el pasado 8 de mayo, en versos de poesía.  Teniendo como fondo de escenario las obras de Luis Gordillo y Javier Viver, nos ofreció una producción cuyo origen se basa en el proyecto Tender Puentes.


Tender Puentes -proyecto del Museo Universidad de Navarra- invita al artista a que, a partir de una fotografía de Ortiz-Echagüe, elabore una nueva creación. Abreu seleccionó para este encargo la fotografía titulada La Ternura.


El despliegue de movimientos rítmicos que al ejecutarse podían ser leídos como palabras acompañadas de notas musicales y a ratos, de profundo silencio, componían un poema, un poema que habla de ternura, de amor y de pasión. 


Esta propuesta coreográfica generó en el espectador por lo menos el deseo de tener la posibilidad de una visión de 360º.  Se fue desarrollando desde el vestíbulo del Museo, entrando por la Sala La Caixa, para salir luego al patio y continuar subiendo hacia la azotea del edificio en el segundo nivel.  Los bailarines tomaban los espacios seguidos de los espectadores y danzando entre ellos.


Los que pudimos participar, fuimos parte activa de los espacios diseñados por Moneo, actuando como esculturas vivas que se adornaban con las pinturas y fotografías de Luis Gordillo y que acompañaban a la Mujer de Lot, escultura efímera de Javier Viver.  El escenario último, contó con el aporte del atardecer que nos iluminó con una luz dorada. Toda esta experiencia y recorridos fueron experimentados al son de las notas que tocaba la tuba de Hugo Portas. 


El final del espectáculo, que trascendió los muros del Museo mediante la pieza de danza que nos ofreció Arnau Pérez en el parque del campus y al que veíamos desde el segundo nivel,  fue enmarcado con la puesta completa de sol.


La experiencia fue indescriptible, la narrativa entrañable, dulce y conmovedora. Los escenarios en una composición llena de belleza, creada por el hombre y la naturaleza, contribuyeron a dar el halo de ternura que Daniel Abreu -(Tenerife 1976) premio nacional de danza 2014, acompañado de Dácil González (Gran Canaria 1976) premio nacional de danza 2019, y Arnau Pérez (Girona 1996), encontró en la inspiración de la fotografía de Ortiz Echagüe.





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